LA MISA REZADA
Función del Acólito
I)
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
1. En la sacristía, cuando
el sacerdote comienza a revestirse el acólito debe colocarse a su izquierda y
ofrecerle sucesivamente: el cíngulo, el manípulo, la estola y la casulla.
2. Antes de salir de la
sacristía hace la reverencia a la cruz junto al sacerdote y, al entrar a la
iglesia, le ofrece agua bendita, y se santigua.
3. Por lo general el
acólito se encuentra en el lado opuesto al misal.
II) LA MISA HASTA EL OFERTORIO
4. Llegando al altar hace
genuflexión junto al sacerdote, estando en el costado evangelio.
Durante la Misa el acólito siempre hace genuflexión al cruzar frente al
Sagrario, desde la llegada hasta la salida, incluso si no hay Santísimo en el
Sagrario.
5. Después de la
genuflexión, se arrodilla al lado del celebrante. Responderá al sacerdote con
voz clara, conservando siempre las manos juntas.
6. El Confiteor se
reza manteniendo inclinación mediana; a las palabras “tibi pater” y “te
pater” el acólito se vuelve hacia el sacerdote; al Indulgéntiam vuelve
a erguirse y se santigua.
7. Cuando el sacerdote sube
al altar, el acólito levantará con la mano derecha la extremidad delantera del
alba del sacerdote para que éste suba con mayor facilidad, y luego se
arrodillará sobre la primera grada en el extremo del escalón del mismo
costado evangelio, a la altura de la sacra.
8. Terminada la Epístola,
responderá “Deo gratias” y, levantándose, irá a buscar el
misal (esperará a que el sacerdote se aparte del libro), y lo pasará al
costado evangelio, previa genuflexión al cruzar por el medio,
permanecerá junto al misal y esperará al sacerdote.
9. Al principio del Evangelio hará
la señal de la cruz junto al celebrante y al oír la palabra “Iesus” hará
la reverencia y volverá al lado epístola, previa genuflexión al
cruzar por el medio, donde permanecerá hasta el final del Evangelio de
pie y con las manos juntas, mirando hacia el celebrante.
10. Terminado el Evangelio se
arrodilla en el extremo de la primera grada en el mismo lugar en que está.
11. Terminado el Credo (si
se reza) y dicho el “Oremus” subirá al altar para doblar el
velo del Cáliz, lo recibe del sacerdote y lo coloca doblado sobre el extremo
del altar, y se dirigirá hacia la credencia, trae las vinajeras y se coloca
paralelo al lado epístola del altar, tomando la del vino con
la mano derecha y la del agua con la izquierda. Cuando el sacerdote se acerca
el acólito le hace una reverencia de cabeza y besa las vinajeras; ofrecerá al
sacerdote primero la vinajera del vino y después la del agua. Al recibir la
vinajera con agua el acólito besa las dos vinajeras y hace una inclinación de
cabeza al celebrante antes de partir.
III) DEL
OFERTORIO AL FIN DE LA MISA
1. En seguida el acólito
llevará las vinajeras hacia la credencia y volverá para el Lavabo con
la vinajera del agua en la mano derecha y el recipiente en la mano izquierda.
Colocará en el brazo izquierdo el manutergio, que penderá de su brazo (o tendrá
el manutergio y el recipiente en una misma mano). Después del Lavabo el
acólito hace una pequeña reverencia al sacerdote, y luego vuelve a la
credencia.
2. Terminado el Lavabo el
acólito tomará la campanilla de la credencia e irá a arrodillarse en el extremo
de la primera grada del lado epístola.
3. Al “Orate
fratres” esperará que el sacerdote diga la palabra Omnipotentem para
comenzar a responder el Suscipiat. Al Sanctus tocará
tres veces la campanilla y al Benedictus se santiguará al
mismo tiempo que el sacerdote.
4. Antes de la elevación,
cuando el sacerdote extiende las manos sobre el Cáliz, tocará una vez la
campanilla e inmediatamente se levantará y subirá la tarima para arrodillarse
cerca del celebrante, a su lado, pero un poco más atrás. Durante la elevación
(tanto de la Hostia como del Cáliz) tocará tres veces la campanilla,
sosteniendo con la mano izquierda la punta de la casulla; también tocará una
vez la campanilla en las genuflexiones que el sacerdote hace después de
consagrar y de elevar Hostia y Cáliz.
5. Terminada la elevación,
hará una genuflexión abajo (en el medio) y volverá a arrodillarse donde estaba;
al Agnus Dei se golpeará tres veces el pecho con el sacerdote,
y al Domine non sum dignus tocará una vez la campanilla al
primero; dos veces al segundo; y tres, al tercero.
6. Luego de que el
sacerdote comulga (cuando éste vuelve a erguirse), el acólito se levanta y va
en busca de la patena de comunión, va hacia el medio, hace genuflexión, sube y
se arrodilla sobre la tarima detrás del sacerdote. Después que el sacerdote
comulga la Preciosísima Sangre el acólito inclinado reza el Confiteor. Al Indulgentiam se
incorpora y luego del último Domine non sum dignus de
los fieles comulga (si es el caso), se levanta y acompaña al celebrante con la
patena mientras éste administra la comunión. Se coloca del lado derecho del
sacerdote y pone la patena debajo del mentón de cada fiel. Terminada la
comunión regresa con el sacerdote al altar, hace genuflexión y le levanta levemente
el alba mientras el Padre sube y luego se arrodilla en la primera grada,
lado epístola. Cerrado el Sagrario, va a buscar las vinajeras para
las abluciones.
7. Si no hay comunión, el
acólito va a buscar las vinajeras inmediatamente después de la comunión del
Cuerpo de Nuestro Señor por el celebrante. Cuando el Padre le inclina el Cáliz
(el acólito espera este movimiento), se acerca con el vino y derrama (cuanto el
sacerdote le indique) un poco en el Cáliz. Luego va al extremo del altar donde
espera al celebrante, y cuando éste se acerca, derrama en el Cáliz, sobre los
dedos del celebrante un poco de vino, y un poco de agua para que se purifique.
No debe olvidarse de retirar la patena de comunión del altar y llevarla a la
credencia.
8. Dejadas las vinajeras en
la credencia, va nuevamente al altar a buscar el atril con el misal, que está
en el costado evangelio y, con previa genuflexión, lo pasa al
lado epístola (colocándolo en el extremo del altar). Toma
luego el velo del Cáliz y, previa genuflexión, lo pasa al costado evangelio.
Allí permanece y ayuda al sacerdote con la bolsa y el velo; inmediatamente
después baja y se arrodilla en el extremo de la primera grada del costado evangelio.
9. Dada la bendición por el
sacerdote y hecha la señal de la cruz se pondrá de pie para escuchar el
último Evangelio (pasa al lado epístola, luego de
signarse, y se coloca en diagonal hacia el sacerdote). Al Et Verbum
caro factum est hará genuflexión y, terminado el Evangelio,
se acercará al sacerdote para rezar de rodillas con él (el acólito en el suelo,
el celebrante en la primera grada) las últimas oraciones (alcanza
la tarjeta de oraciones, si fuera necesario).
10. Terminada las oraciones
volverá con el celebrante (el acólito le precede encabezando la marcha), a la
sacristía.
11. En la sacristía, hará
reverencia a la cruz junto al sacerdote y le ayudará a quitarse los ornamentos.
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